Gamer es el anglicismo utilizado para designar al tipo de jugador de videojuegos que se caracteriza por dedicarse a ello de manera más profesional y prestando mayor interés que un jugador corriente. Pasan diariamente una gran cantidad de horas frente al ordenador y es su mayor afición.
Su aspiración es terminar los videojuegos con records altos, para desmarcarse de los jugadores casuales, quienes juegan por entretenerse momentáneamente sin ninguna meta complicada. A diferencia de los jugadores corrientes, el gamer no busca el juego más económico o comercialmente más conocido, sino que se inclina por aquellos difíciles de controlar, en los que superarlos suponga un reto. Además, tienen avanzados conocimientos específicos, relacionados con la calidad gráfica (el HDR, los shaders), programación, construcción y otras inclusiones informáticas del videojuego.
La industria de los videojuegos es uno de sus principales intereses, estando siempre al día de las últimas novedades, con el fin de, además de conocer los avances informáticos, dominar a la perfección los términos y temas propios del lenguaje gamer.
Algunos llegan a sufrir ciberadicción. El hecho de dedicar horas a un mismo videojuego y no parar hasta no conseguir su meta implica, no sólo que pierden el contacto directo con las personas por estar aislados, sino que el juego se convierte en una especie de “droga” de la que es complicado despojarse. No obstante, esto sólo sucede en casos aislados. Si bien es cierto que la mayoría de gamers ven en su cultura un estilo de vida, no un entretenimiento.